Razón de ser

Por alexis - 6 ene 25 - Sin categoría - Comentarios desactivados

CarpentierCarpentier sentía que en la Revolución habían cristalizado los mejores ideales de su generación. A ese pueblo y a su Revolución estaba profundamente ligado; algunos le habían criticado el desprendimiento de una cómoda y sólida posición en Venezuela, para regresar a la convulsa Habana de 1959, así como su compromiso con las tareas culturales más acuciantes del proyecto social a partir de entonces. Carpentier había encontrado en ese destino la plena conciencia de su razón de ser.

«El Rey de España entregó personalmente ayer el premio Miguel de Cervantes de Literatura, que premia en su segunda edición la obra del importante novelista cubano Alejo Carpentier. Dotado con cinco millones de pesetas, y destinado a escritores de habla española, es el más importante de los premios literarios de este ámbito».

Así reseñaba la prensa española, la mañana siguiente al 4 de abril de 1978, la ceremonia de otorgamiento, en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá, en Alcalá de Henares (Madrid), del galardón correspondiente al año 1977, que había recaído –por unanimidad de criterios– sobre el autor de El siglo de las luces.

En un brillante discurso de aceptación, el escritor dejó claro su admiración por el creador de El Quijote y se adentró, con tanta claridad como conocimiento, en asuntos literarios: «No hay ni habrá crisis de la novela mientras la novela sea novela abierta, novela de muchos, novela de buenas y fuertes variaciones –valga el término musical– sobre los grandes temas de la época, como lo fue en su tiempo la ejemplar novela, a la vez local y universal, de Miguel de Cervantes Saavedra».

Desmontaba así la idea de la crisis de la novelística, y defendía en palabras una concepción del género cuya valía probaba también su propia y valiosa producción. No era gratuita, por tanto, esa «recompensa impar que viene a coronar mi ya larga vida consagrada al cultivo de las letras…», y que agradecía «en nombre mío y en el de mi pueblo».

A ese pueblo y a su Revolución estaba profundamente ligado; algunos le habían criticado el desprendimiento de una cómoda y sólida posición en Venezuela, para regresar a la convulsa Habana de 1959, así como su compromiso con las tareas culturales más acuciantes del proyecto social a partir de entonces. Carpentier había encontrado en ese destino la plena conciencia de su razón de ser.

Entendiendo que todo él y lo suyo eran parte de ese sueño mayor y colectivo, la medalla y el importe del Cervantes los remitió a su Partido, sin que nadie se lo hubiese solicitado. La cantidad, unos 40 000 dólares, se destinaría luego a la compra de materiales de artes plásticas. El intercambio de misivas entre él y Fidel, que hoy compartimos, es testimonio de desprendimiento y respeto en pro de una nación.

Comandante:

Considerando que toda recompensa lograda por un cubano en esta fase trascendental de nuestra historia no debe quedar en egoísta propiedad de quien la recibe, tengo la satisfacción de remitirle la adjunta medalla conmemorativa del Premio Miguel de Cervantes Saavedra, que me fue otorgado el día 4 de abril pasado en la Universidad de Alcalá de Henares, por estimar que, más que a mí, corresponde su posesión a mi Partido, lo que equivale decir, a la Revolución Cubana, que hizo cristalizar los ideales de los mejores hombres de mi generación, dándome, en mis años maduros, una plena conciencia de mi razón de ser.

Le ruego acepte, en esta misma ocasión, el monto material de dicho Premio «Cervantes», para que de él haga el uso que tenga por más conveniente.

Agradezco a la querida compañera Haydée Santamaría, su diligencia en hacer llegar a sus manos el presente envío; quedando de usted muy atentamente.

Con mis sinceros y revolucionarios saludos,

Alejo Carpentier

12/04/1978

Foto: Ilustración

Querido compañero Carpentier:

Nuestro Partido y nuestro pueblo han recibido con la misma emoción que nosotros las palabras con que usted, en gesto de noble y conmovedora generosidad, dedica a la Revolución la medalla conmemorativa y el importe del Premio Miguel de Cervantes Saavedra.

Estamos acostumbrados a que los jóvenes, que todo lo deben a la nueva sociedad, consagren a ella sus éxitos en la producción, la conciencia, el arte o el deporte. Usted, sin embargo, era ya una gloria de las letras, de reconocido prestigio cuando todavía faltaban largos años para que triunfara nuestra causa. Esa circunstancia subraya, en todo su valor moral, en la hora de un altísimo reconocimiento a la obra literaria de su vida entera, a compartir ese merecido honor con todos sus compatriotas.

Muchas condecoraciones pueden caber en el pecho de un hombre. Pero cuando un hombre siente que no puede existir verdadera grandeza si está separada de la obra colectiva a la que pertenece, como usted lo manifiesta ahora, se hace digno de la más alta y más valiosa de todas; la de la admiración, el cariño y el respeto de su pueblo.

No será fácil para nosotros escoger la obra a la cual dediquemos el elevado importe de su donación. Muchas cosas se nos ocurren; un campamento, o palacio de pioneros, un hospital, una escuela. Tal vez, al fin y al cabo lo dediquemos a una institución más directamente vinculada con el arte, algo que recuerde su gesto, aunque su obra escrita y su conducta perdurarán más que ningún otro símbolo.

Fraternalmente,

Fidel Castro

3/05/1978

 

por Yeilén Delgado Calvo

Fuente: Granma

https://www.granma.cu/cultura/2024-12-30/razon-de-ser-30-12-2024-21-12-55