La ciudad de Cienfuegos no fue fundada por franceses

Por alexis - 16 oct 22 - Sin categoría - Comentarios desactivados

Asturianos' PresentationLa ciudad de Cienfuegos no fue fundada por franceses, fue fundada con los franceses, afirmó este sábado Alejandro García Rodríguez, doctor en Ciencias Históricas, durante la presentación de su libro Asturianos en Cienfuegos. Rasgos de una colectividad regional (1860-1930). Según García Rodríguez, el poder político y económico de España, a través del gobernador y capitán general de la isla José Cienfuegos Jovellanos, fue lo que hizo realidad el lugar en el que vivimos hoy. Foto: Alejandro García Rodríguez, autor del libro, y el escritor Alexis García Somodevilla. Parque de la Aduana.

Presentación del libro

Ayer, mientras preparaba la presentación de Asturianos en Cienfuegos. Rasgos de una colectividad regional (1860-1930), me percaté una vez más, y me parece que no será la última, de lo difícil que puede ser la caracterización de un grupo étnico cuando se utilizan prismas económicos, sociales y políticos.

Son conocidas las diferentes corrientes migratorias que incidieron en el poblamiento de la Isla desde sus orígenes hasta finales del siglo xix y las primeras décadas del xx. Estuvieron los aborígenes del área caribeña y tierras cercanas a la América continental, los españoles —que comenzaron a llegar a partir de 1510— la emigración forzada africana, los chinos, los yucatecos, además  de otros grupos cuantitativamente menos importantes formados por franceses, británicos, norteamericanos y cantidades más pequeñas de otros países europeos.

Las vías de entrada y motivos de la emigración son muchas, igual que su influencia en todos los órdenes de la vida socioeconómica del territorio donde se asientan.

Las oleadas migratorias españolas, específicamente, fueron de carácter espontáneo y estuvieron influenciadas por factores económicos y sociales que obligaban a los individuos a elaborar una especie de plan que a mediano o a largo plazo les permitiera alcanzar un estatus económico que le garantizara un regreso feliz a la Madre Patria, llenos de pesetas.

Este modo de pensar, que para nada es ajeno al más común de los inmigrantes, dejó una huella profunda en nuestro medio.

En Cuba se produjeron durante el siglo xviii los primeros grandes movimientos migratorios que resultaron en centros rurales y urbanos de importancia notable. Los nuevos pobladores de origen europeo no se distinguían precisamente por el número, sin embargo, su idiosincrasia era una cosa muy distinta, pues con frecuencia eran comerciantes o terratenientes vinculados a grupos de sus países de origen con experiencia en la explotación de riquezas coloniales.

El principal grupo de estos pobladores estaba constituido por españoles, pero dentro de estos también habían diferencias. Ese es el caso de los gallegos y los asturianos, que desde mediados del siglo xix superaron con creces al resto de los grupos de inmigrantes españoles. Incluso a los canarios.

Hubo factores de tipo histórico-geográfico que influyeron en dichas disparidades. El fenómeno migratorio en Asturias, como en el del norte occidental Cantábrico, se vio propiciado por circunstancias de esta naturaleza.

Es importante considerar, además, que en el siglo xix comienza a gestarse en Cuba otro tipo de inmigración, esta vez orientada por una estrategia gubernamental denominada política de inmigración blanca.

La inmigración asturiana asentada en el archipiélago cubano para ese entonces, se ubica a notoria distancia del grupo más numeroso, el canario, y más o menos igualado en cuanto a efectivos numéricos con el catalán y el gallego. El 1,15% de la población de la región de procedencia, y el 0,46% de la población de la Isla. Por otra parte, la ubicación de los asturianos es sobre todo, urbana. Solo en La Habana se concentran 2 980, el 47% de todos los de la Isla.

Se debe apuntar que el destino de los  inmigrantes asturianos en los años centrales del siglo xix giró alrededor de las actividades comerciales, ya fuera como empresarios, como dependientes de comercio, en las tabaquerías y en general, en el artesanado urbano. Ahora bien, de lo que ocurrió con los asturianos en Cienfuegos, es mejor que hable el autor, pues el cúmulo de información en este sentido es particularmente amplia y exhaustiva. Y nos honra cederle la palabra a un investigador consagrado a este tema, que ha dedicado una parte importante de su vida a profundizar en la historia de Cuba.

El doctor en Ciencias Históricas Alejandro García Rodríguez, publicó en 2005 Cuba y sus puertos: siglos xv al xx e Inmigración, economía y sociedad,  en el año 2010. El autor cuenta, además, con artículos publicados en revistas cubanas y extranjeras. El libro que presentamos hoy fue acreedor del “Premio Florentino Morales 2016″.

 

por Alexis García Somodevilla